Buenos días,

perdonen que no me presente, pero mi nombre no existe. Les voy a contar un par de cosillas, que a cualquier viviente terrestre provocará un terremoto entre fuerte y catastrófico. Seguir leyendo a partir de estas líneas iniciales es por tanto un tema peligroso, especialmente si se consideran ustedes ávidos de querer agarrar por el pescuezo la maldad y desterrarla para siempre, o se siente especialmente motivado para abandonar su mundo ya que considera que es un estércolero insoportable, ridículo como ofensivo para cualquier ser o no ser que se precie cuerdo. Espero que haya quedado clarito, y si siguen leyendo, lo harán por su propia cuenta y riesgo.

 

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Bloque 1

 

Tu no te puedes imaginar hasta que punto está todo esto controlado y programado. No hay forma de que realmente puedas abarcar la minuciosidad con la que te organizan cada segundo de la vida. Ah, perdona. Creo que aquí lo llamaís «tu» vida. ¡Qué ironía!

Te enseñan que la dualidad es el bueno y el malo enfrentados para siempre. Tu crees eso, porque sientes simpatía por unos y odio hacía otros. Tu puedes «sí», tu puedes decir «no». Si te aprietan entre dos cosas, casi te partes con tus «puede que sí, puede que no, puede que sí, puede que no, …». Es tremendamente difícil como imposible para ti vivir una hora sin oscilar entre una y otra opción.

Pero la dualidad no es entre el bien y el mal. Eso es mentira. Al igual que el cerebro no se apaga o nubla en un ataque de furia. El cerebro se hiperactiva en esos instantes. Funciona mejor que nunca y te hace hacer cosas terribles. Así es la dualidad. Te hace hacer cosas terribles. Esa es la parte del «SI» del Caos, y la parte del «NO» es cuando te deprimes, cuando tienes remordimientos, cuando te sientes culpable.

Lo otro, lo que comúnmente se llamaría Amor, eso no es parte ni formará parte nunca de la dualidad del Caos. Te lo hacen creer, pero lo hacen porque no se atreven a mirarle a la cara a la Bestia. Tienen pánico de descubrir en ellos mismos que cada átomo que les compone es controlado a distancia, y que el control es absoluto e omnipotente. Por eso te lo cuentan, porque en el fondo se lo cuentan ellos mismos y necesitan desperadamente que otros también así se mientan, para que puedan seguir con la farsa.

No hay nada en tu cabeza que realmente te pertenezca. Ni un solo electrón es tuyo. Desde los pensamientos a las reacciones biológicas y químicas, absolutamente nada está bajo tu control. El caos que tu provocas, no lo provocas tu. Lo provoca el mismo Caos.

Lo hace individualmente. Tiene una capacidad de control imposible de comprender o visualizar.  Cuando tu crees que te hiciste daño, el Caos te dañó con un movimiento ligeramente suficiente para que te ocurriera. Sútil, y siempre pensarás que la culpa es de algo que ves, o tuya. Qué cerca y cuán lejos los humanos que hablan de providencia o mala suerte.

Te enferma el Caos. Te subyuga con más tretas que granos de arena en el universo. Es disciplinado en su tortura. No se toma libre jamás. Nunca ha tenido una milésima de segundo para una pausa. Y no terminará nunca.

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La evolución es puro fascismo. El que el más fuerte, hábil y inteligente acabará siempre por prevalecer es hacer un enano insignificante a Goebbels, Hitler y especialmente al doctor que criaba a los nazis perfectos en sus laboratorios. La evolución es una mentira, otra que la ciencia se inventó porque todos los científicos sin excepción alguna siente temor ante la verdad de no tener ni la más mínima autonomía para nada, y que todo lo que estén haciendo no es más que una parte de un programa fijo. La ciencia es un corredor que va con el Caos, sumisa y servil, asustada y religiosa. Al igual que su teoría de la evolución, la ciencia es profundamente fascista, dejando únicamente a lo que consideran mejor como ejemplo, desechando toda actividad que quede segunda, tercera o más allá de los puestos de honor. La ciencia exige la prueba, porque sabe que jamás podrá probar que no hay más que programación, que el Caos es un manipulador. Libera así al Caos de ser estudiado profundamente, de ser percibido como actor consciente y terriblemente malévolo, enfermo y fascistoide en toda su presencia.

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Lo mismo cuenta para cualquier organización en la que haya un liderazgo. En la que alguien «mejor» esté al mando. En la que haya selección de personal, pruebas de admisión, certificados de cualquier tipo. Fascistoide hasta la médula. Así es, y no hace falta que neguemos esa total realidad de nuestras organizaciones, sean cuales sean. Este planeta, al que llamaís Tierra algunos seres o no seres, es fascista desde el más pequeño de los partículas.

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Aquí no existe el bien, o el amor. Bórrate eso de la cabeza.  Aquí no existen buenas personas, ni comundidades de paz.  Ni buenos seres de otras estrellas o galaxias. Nadie vendrá a rescatarte. Nadie.

Aquí, lo que llamais Amor no es más que un refugio que os habéis creado, otra huida imposibilitada. El Caos lleva mucho tiempo imposibilitándoos vuestros deseos de escapar. También vencerá a ese subterfugio del Amor y lo hará trizas delante de vuestros ojos y corazones espantados.

Así funciona. En cuanto tu quieras paz, te sube el nivel de machaqueo de la vida que vives. No enseguida, porque esa programación es muy buena. Sabe diferenciar entre los lolailos New Age o parecidos, y alguien que empieza exitosamente a aislarse de las reacciones. A los primeros les premia con llevarles a una vida fantasmagórica, y a los otros les ataca directa y brutalmente. Con todo. Sin piedad.

No, aquí no existe el Amor. Aquí huyen, y cualquier cueva parece un palacio mientras se oyen los rugidos de la Bestia por las llanuras.

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Lo que precisa esa Bestia es que reacciones. Que sientas amor por alguien, que sientas odio por quien sea. Que no sientas nada por alguien, eso también le sirve. Todo lo que hagas, le sirve. Nada de lo que hagas o no hagas, le es inútil. El Caos hace contigo lo que quiera, y todo lo que hagas o no hagas es una parte de la programación.

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Así es como se comprende a nuestro mundo. Un lugar terrible, en el que el sufrimiento es omnipresente. El fascismo genera eso mismo, cuando lo vemos a escala ridículamente pequeña de régimenes fascistas pasados y actuales.  Ahora mismo, el fascismo es prácticamente visible en todo lo que nos rodea y todo lo que nos compone. No hay escapatoria de algo así. Es un circuito cerrado.  De hecho, eso forma parte también del fascismo. De hacer creer que hay una salida, pero todos que pasen por ella, acaban acribillados.

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Oh perdona, también tu alma, eso… pues tampoco existe y forma parte de la programación. Tu alma no vale una mierda, para serte sincero. Ni pinche falta que hace. Tu idea o sentir del alma no es más que otro camino cerrado. No era mala idea, pero fracasó y lo que queda es un tunel cegado que tiene un potente faro en la pared final para que te vean mejor a la hora de torturarte mientras te acercas a tus captores.

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Pero si no reaccionas, entonces…

 

… entonces reaccionarás una vez más, con toda consciencia de cometer un acto equivocado pero necesario. Después de haberlo contado, trabajarás bajo el fuego más potente del Caos en no reaccionar.

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Ese es el punto débil del Caos. Su dualidad sólo componen formatos de destrucción. Todas sus creaciones son falsas, y por tanto sólo son destrucciones de malas copias. El Caos en su médula es acción y reacción, es decir dos veces acción, Y NO LO CONTRARIO.

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Enviádme tanques. Aquí se ha desatado el Caos. Va a por mi, porque voy a por el. Eso al menos lo ve así.

Envíadme tanques. Ahora mismo estamos en peligro los que estamos aquí en mi pueblo.

Envíadme tanques.