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–No señor, ningún voluntario. Además se han multiplicado las bajas de vehículos en el taller. Nadie quiere entrar en ese bosque, señor.
El comandante mira cabreado el mapa. Un bosque enano, de no más de ocho kilómetros de ancho y unos veintidos de largo. Con dos riachuelos, con seis colinas, y dos pueblos abandonados como demacrados hasta los fundamentos por la artillería. Seis regimentos con hasta 40 vehículos cada uno, e incapaces de enfrentarse a este tipo.
–Prendédle fuego. Lo cocinamos. Ya tendrá que salir por algún lado. Organiza un perímetro impenetrable.–, le dice al sargento mayor y se da la vuelta para contemplar el bosque por última vez.
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–Yo escuché como llegó. Fue un silbido que se hizo trueno y explosión. Un solo tiro. Impactó en el mismisimo centro de la fachada, justo en el despacho del comandante. ¿Y ahora, que hacemos?–
La reunión de subcomandantes, en los sótanos de un improvisado búnker no avanzaba porque no paraban de intentar explicarse que lo que había ocurrido, realmente había ocurrido. “Un tiro de suerte”, “uno entre un millón”, “tiene que haber traidores”, “es imposible, fue un atentado”, y demás voces seguían mezclando el pánico con datos. Una sopa nada recomendable, y menos en campañas militares.
–Prendemos fuego a este maldito cabrón. Incendiémos todo el puñetero bosque y que se ase el hijo de puta!!!!–, grita por encima del vociferio un subcomandante nórdico, levantando un puño y golpeando con el otro la mesa que tenía a su lado. Tambores de fuego.
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–La verdad, no me explico como pudo pasar por todas las líneas enemigas, colarse en la mismisima plaza del pueblo y …–, el viejo no siguió, porque el recuerdo le inundaba de imágenes increíbles.
–…y meterse en el patio, entrar en el túnel y desembocar como un volcán echando fuego en el búnker.–, terminó por añadir otro viejo que – al igual que el primero – contemplaba el gigantesco cráter que había dejado la explosión.
–Lástima se matara por nosotros, bueno digo que lástima que no sobreviviera. Se merecía una gran fiesta por salvarnos a todos.–, masculló un tercero, defendiéndose de las miradas enfadadas de sus colegas.
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“Por favor, no se metan en con mi bosque. Es que es muy peligroso. Es que, yo vivo en el, por eso. Gracias. Cuidado.”
(Letrero pintado a mano, hecho de dos tablas y cordeles, colgando del árbol mayor de la entrada del bosque. Con una flor pintada a la derecha del texto, y una cara infantil haciendo mueca de malo o mala).
–Ja, ja, ja… mirad, los del pueblo asustándonos. Analfabetos, encima.–
Eso fue dos días antes del cráter.
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–Sabe, hay movimientos que delatan el alma de quien los hace. El sacrificio, ese no mirar por uno mismo, eso saca el alma a flor de piel. Lo otro, el cuidar de uno mismo ante todo, lo enlata bajo siete llaves.– La mujer observó a la congregación de psicoanalistas con tranquilidad, mientras dejaba reposar sus palabras entre tan excelente auditorio.
–También verán que los movimientos de quienes se sacrifican son increíblemente bellos. Pasan de la torpeza común de los humanos a la suavidad propia de los felinos. Dónde pone el ojo, pone su ser. Prácticamente se materializan en el lugar del sacrificio. Es por eso que me permito la osadía de apuntar aquí hacía lo cuántico de esas personas, aunque debería decir mejor, de esos seres.–
El público no se movía. Fijaban sus miradas en los más mínimos gestos de la conferenciante.
–Lo que me lleva quizá a lo escandaloso de la situación. Dudo, y mucho, de que estos seres realmente se sacrifican, pero antes de que entremos en discusiones interminables sobre el particular, y con la venía de todos ustedes, compañeras y compañeros, lo que quiero realmente decir es que dudo de que sean conscientes de su sacrificio, y que de hecho ejecutan un movimiento común en todas las especies que les quita por completo de todo ciclo impuesto. Es poco probable, según mis cálculos revisados por el comité, que la materia aún tenga algo que ver con estos seres, y desde luego es prácticamente imposible que la materia, ciclos de vida o muerte y demás leyes les afecten en lo más mínimo una vez que hayan llegado a manifestarse en el sacrificio.–
Otra pausa. Una para elegir bien las palabras. Para lograr avanzar entre todos.
–Mi sospecha es la siguiente, queridos colegas. Dejando kamikazes e inconscientes, envalontonados y violentos de un lado, hay acceso abierto a todas las dimensiones, y se produce cuando un ser reconecta con la capacidad cuántica intrínseca y propia. La psique no es lo que pensábamos. La psique es un destino.
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Genial, Miguel. El alegato de esa mujer ante su auditorio de psicoanalistas me ha tocado la fibra, porque siempre he sospechado lo mismo que ella. Especialmente desde que supe que algunas personas (perdón, seres) son capaces de decidir cuándo se marchan de la fisicalidad. Indígenas, aborígenes… Amrs. Sin duda ha habido gente cuyos actos se han interpretado como sacrificios… Pero ellos, sencilamente, estaban en otro nivel.
Todos son aspectos de nosotros mismos. Cuando aceptemos plenamente nuestra realidad cuántica, sabremos de lo que habla esta mujer… Yo lo intuyo. Que no es poco.
Besos espiralados.
Que no es poco. Bien dicho, Rioven!!!!
Amr-Amor
Ayer por la tarde … el desastre. Nos barrieron. Menos mal que mantuvimos la concentración y no hubo desbandada, sino nos hubieran dejado a cero.
El camino del rodeo… tan buena idea durante dos días, tan nefasto en la siguiente curva. Por la tarde, y desde los niveles cinco y seis, hemos vuelto. No se lo esperaban tan pronto, y la curva nefasta ya está prácticamente limpia. Aún así, ha sido un varapalo. Si ayer estábamos mejorando claramente en cuanto a fechas de llegada, hoy nos toca reconocer que estamos varios días por detrás, aunque recuperando a buen ritmo.
Hemos dado con unas estadísticas de la simulación. En ella se reflejan los seres en categorías y se les administra el caos. En la práctica, la simulación no ve a ningún ser, pero sabe en cualquier momento dónde está, tanto física, emocional como mentalmente.
Si quisiéramos, es posible reconocer el funcionamiento de la simulación como sistema piramidal, aunque invertido. Su reflejo es al revés, y todos los reflejos lo están. Ahora que se ve claramente, se reconoce-comprende aquello de nuestros ojos, que en un principio ven al revés, y luego es el cerebro que lo pone todo “en su sitio”, volteando 180 grados la imagen.
Es un embudo, no una pirámide. Lo que resulta es una lucha terrible por mantenerse lo más alejado posible de la punta, pero como en un embudo normal y corriente, tarde o temprano todo tiene que caer hacía abajo y salir por la punta.
Hay lógicamente un formato para parar las caídas. Nacimientos masivos en la base (que está arriba), y atascar por presión.
Y eso es lo que ahora mismo está pasando. Fase de paralización del embudo. Explosión de vida.
El norte. Cuanto quebraderos nos va a traer en los próximos dos meses. Reconocer lo que es el Norte, también. Reconocer que no existe siquiera, y que todas las direcciones siempre conducen a la misma. Simplemente se han encontrado con no saber en que lugar del embudo están.
La vida es autónoma, por mucho que la hayan partido en dos, y por mucho que se han afanado en hacer de ella un pelele.
El fascismo, la idea de la dominación… pronto se estancará por completo.
Amr-Amor
Eso mi niña, nos vamos cuando lo decidamos ¡¡¡¡¡ Durillo para el entorno que no lo entenderá……. Fiftififti, ciencia y lo interior que no entiende de leyes físicas, pero hay que “comprender” que nuestra cascarilla se rige por éllas y… a dios lo de dios y al cesar lo del cesar. Fiftififti Rivenniña.
Desde lejos pero cerca, os envuelvo en mis entretelas blancas y doradas y os beso con mucho amor shiquillos.
All im wald is found
In green encontrare
nuestro Alles one
🙂